Economía Circular y su gente verde
El objetivo de la Economía Circular es algo más que reducir el consumo masivo de recursos y generar nuevos a partir de desechos. Es un modelo de negocio que propone un sistema económico en el que la industrialización se mueve bajo valores de sostenibilidad y reducción de impactos nocivos para el medioambiente, respaldado por una sociedad cada vez más preocupada por su futuro.
Es este post se habla de cuáles son esas redes que generan la educación, la política, la industria y el I+D+I para que la Economía Circular pueda llegar a funcionar en nuestro país, analizando también cuál es nuestra situación actual.
Educación
España es el 5º país Europeo que menos invierte en educación, con tal solo un 4,1 de PIB según los últimos datos del Eurostat, y esto se traduce a menos recursos a la hora de poder desarrollar nuevos talentos.
Uno de los ejes principales en los que hay que basar el modelo de la Economía Circular es la educación, siendo la base de una nueva cultura que enseñe usos racionales de los recursos y deseche sistemas lineales actuales que generan desechos que no se pueden reutilizar. Es importante desarrollar desde la niñez valores y conocimientos asociados a la sostenibilidad y de soluciones que buscan un alto impacto global. De esta manera se potenciará el emprendimiento y el desarrollo de nuevas soluciones.
Política
Gran parte del éxito de la Economía Circular viene dado por las decisiones políticas. Un ejemplo de mala gestión fue en 2007 cuando España era pionera en Energías Renovables y en 2010, tras una serie de decisiones, el país se estancó y dejó de ser una potencia verde.
Ahora en el 2019, La Unión Europe tiene como objetivo para el 2020 que todos los países europeos reciclen el 50% de sus residuos. Teniendo en cuenta que la media actual de reciclaje en Europa es del 45%, está a solo 5 puntos del objetivo marcado, por lo que se podría calificar como un objetivo asumible. Sin embargo la media de España es del 29,7% y para poder alcanzar los objetivos marcados, tendría que aumentar en 20,3 puntos.
La implantación de políticas a favor de una Economía Circular, permitiría crear nuevos puestos de trabajo que aportarían soluciones a los problemas que a día de hoy no somos capaces de resolver y así aumentar el crecimiento económico del país
Industria
El mercado mundial de las industrias ecológicas representa alrededor de un billón de euros anual y se espera que en el año 2030 se haya triplicado. En este sentido, la Unión Europea es líder en el mercado ambiental y representa aproximadamente un tercio del mercado mundial.
Un informe de la Comisión Europea asegura que, aumentando la eficiencia de los procesos de producción, innovando en nuevas soluciones para ahorrar recursos y desarrollando nuevos modelos de negocio más sostenibles, las empresas pueden expandir sus mercados, reducir de una manera significativa los costes mediante la reutilización de desechos, conseguir una gestión eficiente de los recursos y crear nuevos puestos de trabajo mientras transforman los actuales.
I+D+I, Investigación, desarrollo e innovación
El diseño y la innovación son dos elementos clave en la Economía Circular
La prevención de residuos, el diseño ecológico y la reutilización podrían suponer para las empresas de la Unión Europea un ahorro del 8% de su volumen anual de negocios y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 2 y un 4% anual.
En España, según los últimos datos de Eurostat , en 2016 hubo una inversión en I+D+I del 1,19% del PIB, frente al 1,22% del 2015, suponiendo un retroceso por sexto año consecutivo. Si no hay innovación, no hay avance.
¿Y a nivel social, como está respondiendo España?
Para entender qué está pasando, primero hay que hacer un pequeño análisis de las generaciones de nuestro país:
Niños de la postguerra (1930-1948)
Son los niños que crecieron tras la guerra civil española. Es una generación austera y trabajadora, con un consumo sencillo y sin extravagancias, educada en la cultura del esfuerzo.
Baby boom (1949-1968)
Fueron los primeros en vivir en un estado de Paz y de bonanza. Eso les llevó a ser una generación ambiciosa que se educó bajo el concepto de cuanto más tienes, mejor eres.
Generación X (1969-1980)
Se caracteriza por la obsesión por el éxito. Ya no vale solo con tener un coche sino quiero que sea el mejor. El quedarte en un trabajo o no, se mide por los beneficios económicos que te aporta y no por si es el trabajo de tu vida.
Millennials (1981-1993)
Nacen en plena digitalización del mundo. El hecho de que los trabajos ya no aporten una ventaja económica, les ha llevado a enfocar su vida laboral hacia aquello que les gusta y las haga crecer
Generación Z (1994-2010)
Son los primeros que han nacido por completo en la era digital. Han desarrollado una obsesión por la inmediatez, lo que les hace que pierdan rápidamente el interés por las cosas que no les dan un estímulo inmediato. Su forma de consumir ya no es pensando en comprar un producto o servicio si no en comprar los valores que identifican de una marca y relaciona con su estilo de vida
En España es la primera vez que conviven cuatro generaciones a la vez, cada una con su manera de ver las cosas. Pero también es cierto que hay una mayor preocupación por temas como el cambio climático, la sostenibilidad, la finidad de los recursos… en toda sociedad
La realidad es que para transformar toda nuestra industria o servicios a un modelo más sostenible, haría falta mucha inversión, que a corto plazo no es rentable, porque todavía no existe una demanda que cubra dicha inversión. Si las empresas no pueden asumir el gasto de contratar a nuevos trabajadores, tampoco van a poder invertir en I+D+I. Sin embargo, el futuro se hará presente y todas aquellas empresas que no se hayan adaptado acabarán probablemente desapareciendo.
“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo” Peter Drucker